domingo, 24 de mayo de 2009

La confirmación de la identidad en tiempos de Facebook: ¿No me importa lo que piensen los demás?


Por Fernando Ruiz Dodobara
Msc Social Psychology. London School of Economics and Political Science
Psicólogo, Universidad de Lima
Londres, UK.

Debo haber escuchado más de mil veces: “No me importa lo que piensen los demás”. En tiempos de Facebook, ésta podría ser una afirmación más que cuestionable.

Tengo un perfil de Facebook, al igual que el 80% de las personas que conozco. Uso la red social desde hace casi dos años y siempre me ha llamado la atención cómo Facebook influye en la construcción y la confirmación de la identidad.

El saber quiénes somos depende en mucho del otro. Lo que los demás piensen de nosotros o lo que nosotros percibimos que piensan es capital para determinar nuestros roles, intereses y lugar en el mundo.

Con Facebook, pareciera que se ha ganado cierto control sobre la construcción de la identidad. Me explico: la red social está diseñada para confirmar la identidad del usuario presentándola públicamente. Para esta confirmación entran en juego tres componentes: los mensajes en el “Wall”, los post, y los “Estados” del usuario. Estos elementos puede ser percibidos por todos los contactos del dueño del perfil y, más importante aún, admiten un comentario. ¿A qué voy? Es completamente diferente formular una opinión solo y frente a un espejo, que expresarla en una red social sabiendo que 300 ó 500 personas tienen la oportunidad de leerla. Posibles reacciones: la mayoría de los lectores no generarán ninguna respuesta. Otros mandarán comentarios coincidiendo con nosotros o comentando su interés por el post. Si algunos se toman el trabajo de expresar una opinión negativa, me animo a decir que, dado que no es una conversa cara a cara, es poco factible que alguien persuada al otro de lo contrario. Así que las respuestas a nuestros comentarios o la ausencia de éstas afianzarán el qué pensamos y, por ende quiénes somos.

Por otro lado, están los “estados” que indican cómo uno se siente, qué está haciendo o qué meta está persiguiendo. Estos nos pueden servir como un diario que expresa los procesos por los que estamos pasando: un reporte personal a la vista de todos nuestros contactos, que producirá comentarios y nos hará ser más conscientes acerca de nuestro momento actual en el mundo (emocional, social, profesional). Un estado que deseamos que los demás sepan para que interactúen con nosotros de acuerdo a éste.
Además, ¿han visto la cantidad de test que proliferan en Facebook? Es obvio que distan mucho de ser exactos y tienen un fin recreativo. Un test, generalmente, sirve para producir una reflexión personal en el individuo, quien se ve confrontado con características de las que muchas veces no es consciente. Los tests en Facebook de personales no tienen nada. Están hechos para que el usuario, publicándolos, grite a todos los vientos que se parece al actor de una serie, a un superhéroe, a un deportista, etc. ¿Y qué pasa si no nos gustan lo que sale?, entonces, simplemente cambiamos algunas respuestas y lo publicamos de nuevo. De esta forma expresamos una vez más, ante “el otro”, nuestros deseos e intereses lo cual refuerza el quiénes somos.

En conclusión, la publicación de nuestros deseos, opiniones, intereses y procesos ante una audiencia virtual considerable, nos permite validar una identidad personal. Es relevante lo que piensen los demás, coincidan o no con nosotros, si es que nos preocupamos tanto por hacer público quiénes somos.
Entonces, yo le preguntaría a todas esas personas que dicen “No me importa lo que piensen los demás”: ¿Tienes Facebook? ¿Sí? ¿Cuándo fue la última vez que actualizaste tu perfil?

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