lunes, 11 de mayo de 2009

Del Olor a Caca, Liderazgo y Amenaza vs. Oportunidad


Guillermo MacLean
Social Futures Exchange, Connecticut

Voy de frente a la respuesta antes de retroceder e irme por varias tangentes que algunos encontrarán relevantes, de uso práctico y otros las encontrarán plenamente absurdas. ¿La respuesta? Por supuesto que es ambos: Tanto Amenaza como Oportunidad.

Es Amenaza porque cuando alguien que quieres sufre, es también un sufrimiento personal, por más que sea de otro tipo. Y mientras ese sufrimiento sea presente o latente, es una Amenaza. Pero mientras que algunos estemos gozando, o aun si no gozando, sufriendo distintamente, siempre hay Oportunidades de ayuda mutua, de intercambio. Y si bien estas suenan como palabras obvias o de nivel personal, no hay que olvidarse que toda economía nace de la unidad básica de la persona (o familia), y que el intercambio es un principio básico del comercio, de la actividad económica, del sistema financiero, de los trillones de dólares que se mueven diariamente en el mundo. La salud de una economía es muchísimo menos acerca del “Inventario” de activos que de la calidad de interrelaciones, en las buenas y en las malas, de sus agentes. De cómo estas interrelaciones tejen un círculo virtuoso (y a veces uno vicioso). El realmente internalizar este concepto, para algunos ultra básico, junto con la realidad actual del Perú, es dónde, en mi opinión, radican las grandes oportunidades personales, profesionales, empresariales del Perú.

Estoy seguro esta respuesta no le es útil a nadie. Desgraciadamente no sé qué puedo escribir que lo sea. Intentaré. Déjenme retroceder y tocar tres temas antes de compartir con uds. un listado de mis opiniones personales sobre la crisis, algo para mí, a título personal, algo que estoy viviendo en términos prácticos y no teóricos. Desgraciadamente no puedo ofrecerles nada más útil que eso. Ojala les sirva, sino, bienvenido sea el tacho de basura.

Primero, me siento obligado a explicar el motivo de yo estar escribiendo este comentario. Y me siento obligado a explicarme porque luego de más de 15 años escribiendo, recomendando, asesorando, decidí colgar los chimpunes de ciertas actividades como tales. He desarrollado cierta aversión a estas. Un buen día me pregunté: ¿Para qué escribe la gente? ¿Para qué escribo? Las respuestas que encontré son fascinantes pero un libro entero en sí y no práctico en este instante. Lo que sí aclaro lo siguiente: Hoy escribo porque un individuo con origen alemán, chalaco y tarapaqueño me lo ha pedido. Y cuando un joven líder que le está metiendo alma corazón y vida a una iniciativa para mejorar la educación pública en el Perú me lo pide, yo lo hago. Ser inversionista en gente es identificar a la gente en la que quieres invertir e invertir, aun si a veces no se entienden los procesos. Y por ello, yo escribo hoy.

Lo que me lleva a mi segundo tema. ¿Para qué predecimos? También material para otro libro entero, pero por ahora basta mencionar tres (de muchísimos) perfiles. Los que predicen para ser leídos (para que otros compren un libro o lean un artículo de una predicción Grandiosa o Dramática). Los que predicen para estar correctos (y ser considerados visionarios). Y, los que predicen para estar equivocados o para actuar de acuerdo y estar equivocados desde un punto de vista y no de otro más importante. Es decir, quizás, ser un buen estratega (o ilusionista) o ayudar a alguien más serlo. Ahora, la pregunta del millón, ¿si uno entra a una casa y siente un olor a Caca, qué tipo de comentario, análisis, o predicción es útil en ese instante? Ahora, si uno al hacer la observación del olor, todos a su alrededor responden “está allí hace cien años”. Ahora, la pregunta de los varios millones, ¿que tipo de comentario, análisis, o predicción es útil en ese instante?

Mi tercer tema es caca y liderazgo. Hace una década me fui a un programa de liderazgo, por llamarlo algo, que consistía en un viaje de varios días por el mar e islas. En él, el tema de la caca era muy latente. Nos pasamos en el bote por una semana y no teníamos las facilidades sanitarias a las que la mayoría de participantes estábamos acostumbrados. Me tocaron varias responsabilidades “fecales” en ese y otros programas siguientes, desde cargar la bolsa de los residuos fecales, ya que no queríamos contaminar los delicados paisajes visitados, hasta pulir en limpio los baños portátiles y palear y transportar los residuos fecales a un lugar donde el sol los secara para usarlos como abono. Por un buen tiempo pensé y medité sobre el valor de la caca en un programa de liderazgo. No sé con certeza si lo tengo totalmente resuelto, pero creo que sí.

En mi opinión, la oportunidad más grande que nos presenta esta crisis, definida como una crisis originada en el sistema financiero más grande y más “moderno” del mundo, es sacar de ella el aprender o reencontrarse con algunas lecciones básicas. Habiendo trabajado 15 años en Wall Street en pleno corazón del sistema financiero de EE.UU. tengo unas dos o tres lecciones que he sacado sobre el sistema financiero e innovación que se requiere. Sin embargo, creo yo, que las lecciones más importantes y dramáticas para mí son acerca de liderazgo, y estas son las mías, son muy personales, pero son reales:

Define tu universo de interés. ¿Quiénes te importan en este mundo? Es una pregunta muy simple, pero no puedes trabajar por un objetivo social si no lo tienes recontra claro.

  • Trata de darle un valor real a las cosas. ¿Cuánto darías o pagarías por tus objetivos en la vida, por tus objetivos de “bien social”?. Por ejemplo, asumiendo que fuera comprable, ¿cuánto pagarías tú por un Perú de Primera? ¿Por la felicidad de la gente que quieres?
  • Conversa con la gente, con mucha gente, gente distinta a ti, habla de muchas maneras, pregunta las mismas cosas desde diferentes ángulos para asegurarte que no estás escuchando sólo lo que quieres escuchar. Conéctate con la realidad de los demás. Escucha sus valores. Qué desconectados de la realidad pueden estar los medios y “líderes” algunas veces. Si uno escucha o lee lo que algunos líderes políticos de la economía más grande del mundo estaban diciendo tan sólo unas semanas antes de que los medios reportaran la debacle financiera, uno tiene que cuestionar tanto su conexión con la realidad como la de los medios, los medios con más recursos del mundo. Y a su vez, la de uno mismo que inevitablemente depende de otros para percibir la realidad.
  • Piensa en qué crisis tenemos escondidas en el Perú. No pienses en ello para estar acertado, sino para estar equivocado. La lista es larguísima, y si no lo es, no te engañes diciendo que estás siendo positivo, optimista, sino que estás siendo iluso. El olor de la crisis financiera en los EE.UU. más aguda en más de medio siglo no se hizo en un día ni en unos meses. ¿Cuánta gente en el Perú no tiene una vivienda digna? ¿Cuánta gente en el Perú no tiene un baño privado digno? ¿A dónde va a parar esa caca? ¿Cuánta gente en el Perú no tiene un empleo que los llene de satisfacción? ¿Cuánta gente en el Perú se siente optimista con el futuro? ¿Que el sistema trabaja para ellos? Si el hablar de caca es desagradable, imagínate el olerla, este tema huele feo, el ignorarlo no va a hacer que se vaya. Todas estas son crisis gigantes en línea.
  • Cada una de esas crisis potenciales son una oportunidad. Es más, el resolverlos abre unos mercados casi infinitos para el empresario Peruano en otros países que aún no los hayan resuelto. Varias de estas crisis no conocen fronteras, son temas globales. No nos podemos olvidar que se exportan no sólo productos sino también servicios y no nada más los turísticos (que de por sí pueden ser muchísimos más). Por ejemplo, en el Perú, más de la mitad de los Peruanos no tiene una Vivienda Digna, es decir, que tenga agua y desagüe, luz, material noble de construcción. Casi la mitad de los peruanos no tienen saneamiento digno. El saneamiento digno no es sólo un objetivo noble dado que en el mundo más de cinco millones de niños mueren al año por falta de saneamiento, sino que es un mercado mundial grandísimo para la empresa privada.
  • Subamos la barra. Que todos los peruanos tengan acceso a agua limpia y saneamiento digno no debe ser considerado un objetivo “caritativo” sino un estándar básico de una sociedad de Primera. Si bien no podemos lograr ese objetivo de un día para otro, por lo menos declarémoslo. Y por declarémoslo, no me refiero a alguna gran entidad, me refiero a todos y cada uno de nosotros. Y así, hay muchos otras barras que tenemos que subir. Quizás más que subir la barra, si suena laborioso, mejor subir el piso, subámonos a nosotros mismos.
  • Consistente con lo anterior. Démosle a las cosas la escala que se merecen. Pensemos y actuemos más en grande. Ciertas cosas positivas en Perú necesitan crecer 5, 10, 20 veces más rápido que el ritmo actual para evitar un colapso. Escuchemos a los economistas, mas aún si son brillantes y con los pies en la tierra, y seamos responsables fiscal y monetariamente. Pero acordémonos que los economistas no diseñan maquinas ultra precisas que operan a personas, los economistas no diseñan aviones que cargan millones de personas por los aires del mundo, los economistas no inventan nuevos programas de computadoras, y que muchos se perderían en una planta de producción, y que para muchos (por no decir todos) Valor Agregado no significa lo mismo que para el ama de casa preocupada con su presupuesto del mes.
  • Pensemos en nuevos paradigmas prácticos. Todos estamos en esto juntos. No sirve competir Estado vs. Sector Privado vs. Sector “Social”. El problema y la solución reside no en uno sino en todos, en la relación. Nuevos paradigmas incluye también el uso de la tecnología. Estamos en un mundo muy loco de abundancia de información y tecnologías. No hay razón para no tener las mejores prácticas del mundo en ciertos temas, aquí, hoy. O ser fuente de origen de las mejores prácticas del mundo en ciertos temas, aquí, hoy.
  • Apoyémonos más y a más gente. La cancha es gigante. No necesitamos al siguiente “Nene Cubillas” o al siguiente “Cueto” o “Chumpi”. Necesitamos a los siguientes mil de ellos no sólo en fútbol, pero en salud, empleo, vivienda, seguridad, en todo, hoy, ahora, aquí. Así podemos delegar más, intercambiar más, invertir más en innovación en muchas áreas y crecer en todo lo que somos realmente buenos. Generar muchísimo empleo en industrias que hoy ni existen.
  • Invirtamos en Innovación que genere Externalidades Positivas en gran escala. Y entender o explicar qué significa esto requiere innovación. Innovemos más. Lo más “caro” de la innovación es meterle cerebro, romper esquemas, no por el hecho de romper esquemas, sino el lograr mejores resultados. Es increíble cómo a pesar de la grandísima debacle financiera y la crisis de confianza en su sistema, el dólar se mantiene como el activo más sólido en el mundo (o si alguien quiere ser sutil, de los más sólidos del mundo). La confianza es un bien intangible y una grandísima externalidad que ha hecho a los EE.UU. una potencia mundial innegable. Así como la confianza, hay muchísimas otras externalidades intangibles positivas que pueden hacer del Perú un país de primera en mucho más dimensiones en un tiempo más corto.
  • Punto Final: Perú país de Primera. En mi opinión, nunca en mi vida el Perú ha estado en esta situación de poder dar un salto tan alto. A pesar de que en muchas áreas básicas y elementales aún estamos en el año de la carreta, y con el potencial de comprometer toda esa oportunidad. Yo sí creo que es factible decir: Perú puede ser un País de Primera, del Primer Mundo en 15 a 20 años, está en las manos de cada uno de nosotros de actuar en lo que podamos.

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