miércoles, 29 de julio de 2009

¿Qué significa ser peruano?


Por Oscar A. Ishizawa
Doctor en Ingeniería, Ecole Centrale Paris
Washington, DC

La pregunta de esta edición nació de una conversación anodina con Stefan en Lima, una más… ¿Cómo darle más vida a este blog? ¿Cómo lo condimentamos, le esparcimos un poquitín de pimienta y sal, y lo rociamos de ají amarillo para darle sabor? ¿Cómo le metemos un poquitín de sillao y lo acompañamos de un pisquito? ¿Cómo los lectores se pueden apropiar de él, hacerlo suyo? El tema salió solito.

Con Stefan, como con otros amigos, peruanos de adentro y de afuera, las conversaciones en los últimos años han dado vueltas alrededor del tema de la identidad, de nuestra identidad peruana. Para Stefan, dentro de su judía y para mí, dentro de la japonesa y la francesa de formación y vida. ¿Qué es ser peruano, qué significa ser peruano? Pregunta vaga, perdida entre conceptos e Historia, extraña y a la vez tan nuestra, tan necesaria, tan actual. No puedo pretender abstraerla y responder desde la teoría, desde el concepto, no los conozco. La respondo desde el corazón, que es lo que me une con este país, con su gente, con los proyectos que tengo en la vida. Mi corazón, que con deseos incomprensibles para algunos, me llena de deseos de volver, de regresar a caminar con mi país, para dar y aprender.

Soy peruano por casualidad, hace varios años que lo pienso, de un lado recién hace una generación y del otro hace bastantes más, encuentro de la cultura japonesa y la cultura de la “montaña” con acentos limeños. Mis abuelos querían profundamente este lugar, estos olores, sabores, emociones, sentimientos, querían profundamente a su gente. Mi abuelo materno fue diputado de la Nación por varios años. Mi abuelo paterno, japonés, comenzó su negocio, su familia, su vida en el Perú. Mis papás, los dos, de manera diferente, crecieron, vivieron y se educaron en ese ambiente, ese amor al Perú, a la tierra donde nacieron, a la tierra que los acogió. Por lo que nosotros, desde el arroz blanco sin sal (ni ajo) y el desconocimiento, por largos años, de lo que era una carapulcra o un tacu-tacu, nunca nos sentimos otra cosa más que peruanos.

Tengo que reconocer que fuimos educados en un ambiente poco tradicional, poco peruano. Pero ahí, vuelve la pregunta: ¿Qué significa ser peruano? ¿Qué nos une, qué nos identifica, hacia dónde vamos, juntos o no?

Mi pasaporte me lo recuerda siempre, soy peruano y necesito visas, cientos de visas… Pero con una sonrisa y mucha suerte, siempre me ha acompañado, desde Belgrado hasta Tegucigalpa, desde Marruecos a Israel, por diez largos años en Paris. El Perú me ha regalado grandes amigos, me ha expuesto a grandes encuentros, grandes emociones, grandes satisfacciones.

El Perú, para mí, son sabores, olores, colores, sensaciones, emociones, encuentros, amigos. ¿Qué es ser peruano entonces? El saber vivir entre esa gran diversidad y quererla, entre costa y selva, entre montañas y desiertos, entre lomo saltado y juanes, entre chicha de jora y pisco, entre amor y odio. ¿Qué otra cosa nos identifica más que nuestros sabores, nuestra comida, nuestros escritores y artistas, nuestros amores? Porque ser peruano es ser pasional, desesperadamente excesivo, amante del buen comer y del buen beber, de la buena música, del buen vivir.

La pregunta que nos queda por responder es: ¿Qué queremos ser? ¿Qué queremos que las generaciones que nos sigan sientan cuando les pregunten qué significa ser peruanos? Creo que en eso nos debemos concentrar ahora, nuestra generación, nosotros. Ser peruanos no solamente es poder vivir y aprovechar del Perú, de sus grandes recursos, sino también la responsabilidad, de cada uno, individual y colectivamente, de pensar y seguir creando el Perú, de crear las oportunidades para todos de crecer y ser libres, de poder tener una buena educación y acceso a los servicios de salud, a los servicios básicos. De aceptar y reivindicar nuestra diversidad de costumbres, de creencias.

Creo que para nuestra generación, después de haber bailado el festejo y el huaylas, después de haber brindado con la última copa de pisco, nos queda esa enorme responsabilidad de lo que significa ser peruanos, y es crear un Perú cada vez más justo y grande, para todos, para nosotros y para el futuro.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien Ishi.

Ser peruano es hacer perú.

En definitiva

Anónimo dijo...

con lagrimas en los ojos termine de leer este post, al final todo es casualidad, vivo en buenos aires tras 10 años en paris, con esposo francés e hija argentina, leo esto en napoles...y me siento muy peruana hoy. besos oscar nos cruzamos en el pais vasco!

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Anónimo dijo...
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