jueves, 19 de febrero de 2009

Desafío 4: Identidad Peruana


Por Mariana Costa, BA Relaciones Internacionales, LSE
OEA, Washington D.C.

En poco tiempo cumpliremos 200 años de vida independiente. 200 años dónde en teoría, el Perú es una República en capacidad de elegir su propio rumbo. El camino no ha sido fácil. Dictaduras, guerras, corrupción y pobreza son algunas de las palabras recurrentes que nos recuerdan que a pesar de nuestra edad como nación, todavía somos jóvenes aprendices.

Los errores en el camino han sido muchos, pero algunos también justificados. La colonia dejó legados profundamente arraigados en nuestra sociedad; las ventajas en producción y comercio que nos llevaba el primer mundo parecían invencibles. Algunos otros, indudablemente, se los debemos a las clases políticas que no tuvieron la visión para pensar en un Perú grande en el 2020. Pero tal vez el más grave error de nuestra historia como nación ha sido la imposibilidad de definirnos, de que cada peruano y peruana sepa lo que su identidad significa, los deberes y derechos que el Perú representa, y la necesidad de participar activamente en su proceso de desarrollo.

Es tal vez este reto el que considero el principal en los próximos años. La economía podrá seguir creciendo, la pobreza disminuyendo. Pero nuestro país necesita más que una administración responsable para salir adelante. Necesitamos que el Perú, como sociedad colectiva, empiece a consolidarse, comprenderse y definirse. Para que nuestra sociedad, en todos sus niveles, siga progresando, es necesario que esta responsabilidad de desarrollo recaiga no únicamente en nuestros mandatarios. Por supuesto, el progreso está sujeto a su buen manejo, sin embargo, cada peruano puede comenzar a jugar un papel activo para contribuir al crecimiento de nuestra nación. Demandando transparencia en el gobierno y denunciando su ausencia. Votando informadamente. Denunciando la discriminación. Dando el ejemplo. Apostando por nuestros jóvenes. Invirtiendo en nuestra educación. Diciendo no a la corrupción, hasta en sus más mínimas formas.

Sólo a través de este reconocimiento activo de lo que significa ser peruano podremos empezar a pensar, como nación, que queremos TODOS para el Perú en los próximos años. Son cambios profundos que no traerán un Perú mejor de un día al otro, pero que empiezan a abrir el camino para que en un futuro, nuestro país sea verdaderamente más justo y libre. TODOS podemos participar. Jóvenes, adultos, ricos, pobres, quienes viven ahí y quienes vivimos fuera. Solo conociendo nuestra identidad y los deberes y derechos que esta representa el Perú podrá ser un país fuerte y unido.

4 comentarios:

Unknown on 19 de febrero de 2009, 4:35 p. m. dijo...

Buena Mari, opino lo mismo; cada peruano es responsable y debe jugar un papel activo para contribuir al crecimiento de nuestra pais...Tomando en cuenta que el ser un buen ciudadano, correcto, justo y trabajador. Ademas,debemos crear consciencia de la enorme injusticia social que existe en el Peru. Creo que si creamos como sociedad colectiva que comparta los mismos derechos para todos sin prejuicios las ventajas seria diferentes...el pais progresaria mucho mas, tanto en mentalidad como en desarrollo social y economico.

Alvaro Henzler on 19 de febrero de 2009, 6:54 p. m. dijo...

Mariana, muy cierto el gran desafio. Ahora estoy en Pucara, Puno, en contacto con comuneros, chacareros, alpaqueros. Una cosa es la retorica de reconocernos, respetarnos, identificarnos con valores comunes para esbozar un verdadero Peru, y otra es el ejercicio diario para lograr tal imaginario ideal. La escritura occidental no es superior a la oralidad indigena, son saberes complementarios, incrementales. El tiempo en el ande es cualitativo (cuando llega la helada) no cuantitativo (al tic tac del reloj). Creo que la busqueda de la identidad nacional requiere de una constante curiosidad por lo distinto (y Peru es uno de los 5 paises mas megadiversos del mundo!!) y una flexibilidad mental para reconocer que lo mio no es necesariamente mejor que lo del otro, es solo distinto, y juntos, mejor....

Rodrigo Velit on 19 de febrero de 2009, 7:14 p. m. dijo...

Lo mejor que podría hacer es citar a Alberto Flores Galindo: "El desafío consiste en imaginar un modelo de desarrollo que no implique la postergación del campo y la ruina de los campesinos y que, por el contrario, permita conservar la pluralidad cultural del país. Recoger las técnicas tradicionales, los conocimientos astronómicos, el uso del agua... ¿Populismo? ¿Romanticismo? No se trata de transponer las organizaciones del pasado al presente. Sin negar las carreteras, los antibióticos y los tractores, se trata de pensar un modelo de desarrollo diseñado desde nuestros requerimientos y en el que no se sacrifique inútilmente a las generaciones", Buscando un inca. Obras completas. Lima: SUR, 2005.

Giancarlo Marchesi on 22 de febrero de 2009, 5:32 p. m. dijo...

De acuerdo con Mariana. La identidad nacional la he visto mas consolidada ahora que he regresado luego de 4 anhos de vivir afuera. En la medida en que ha exisitido exito economico, nacen referentes peruanos que la gente desea copiar. Me parece que concretamente nuestra generacion debe de hacer dos cosas:
1.- Invertir en capital humano. Ayudemos a peruanos a estudiar afuera y traer de vuelta a Peru una cultura con mayor productividad. Mejoremos la educacion nacional en sus tres niveles. Creemos un instituto de la "excelencia", que se dedique a ensenhar estandares de calidad a los empresarios de todos los niveles.
2.- invertamos dinero en nuestro pais. Todo tipo de trabajo/inversion en un pais en desarrollo es "development work".

 

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