jueves, 5 de marzo de 2009

Desafío 13: La Chamba de Todos


Stefan Reich, PsyD Chicago School of Professional Psychology
MPA Harvard University
EEUU

“El Perú está pasando por un bum”, me dijo un amigo hace pocos días. “Estamos de moda en el mundo: nuestra comida, el TLC, somos de los países que más crecemos en la región. Si pasamos el 2011 no nos para nadie, hermano”, sentenció mi amigo con la cara iluminada e inflando el pecho.

Caramba, pocos pueden negar que estamos pasando por un buen momento. Pero pienso que es una coyuntura y nada más. Seríamos ilusos si no nos diéramos cuenta de que tenemos que enfrentar reformas importantísimas. Lo que parece alarmante es que estas reformas políticas de fondo—que son procesos llenos de ensayo y error—ninguna autoridad política se atreve a emprender con la determinación debida.

Y es que los procesos no son rentables en política y todos queremos una solución rápida y técnica a cambios estructurales que nos enfrentan con lo más difícil de ser peruanos: nuestro ADN plagado de corrupción, caudillismo y mediocridad.

Y es ahí donde preferimos quedarnos en el juergón y pocos se atreven a ver la resaca que se puede venir. El cortoplacismo en la política tiende a ser la voz.

¿De que desafíos estamos hablando? De cambios importantes en educación y justicia para continuar saliendo no sólo del subdesarrollo económico, sino también moral e institucional que nos aqueja.
¿Existe hoy la voluntad política para empezar tales cambios? A medias: pocos políticos con aspiraciones serias de regresar se atreverán a remover el suelo para iniciar las reformas que necesitamos en esas dos áreas. De hacerlo saben que se juegan cualquier tipo de re-elección--la conducta tímida del actual gobierno frente a esos retos da fe de ello.

Nuestro entorno geopolítico tampoco ayuda a encarar los desafíos de fondo. Operamos dentro de una región incierta y volátil; algunos vecinos se están suicidando a plazos y con tufillos autoritarios. Emprender reformas que tengan un alto costo social quizá atice nuestra vocación kamikaze como latinoamericanos.

¿Entonces qué nos queda? ¿Estamos condenados a no salir del hoyo y a quedarnos en el “faenón” del momento ya que las autoridades no logran comprender que de no iniciar tales procesos nos jugamos la vida (otra vez)? No lo creo.

Ya hay personas que han puesto semillas importantes para que podamos enfrentar los desafíos que nos competen a todos. Esta gente está abriendo un camino para que podamos cambiar nuestra sociedad a punta de trabajo, creatividad, visión y emprendimiento. Algo que llama la atención es que muchas de estas personas vienen de distintos extractos sociales y están tomando iniciativas privadas y audaces. Por ejemplo, Gastón Acurio ha logrado unir a un país fragmentado a punta de la sazón y el paladar; los Añaños han mostrado que podemos ser empresarios de muchísimo éxito a base de esfuerzo y emprendimiento; y Claudia Llosa nos ayuda a cerrar las heridas de nuestros años más oscuros con una película hecha de coraje, humildad y amor.

Creer en nosotros mismos y en nuestro ingenio, ser capaces de escuchar a aquellos que nos dicen lo que no nos gusta escuchar y celebrar nuestras diferencias, son en esencia los grandes desafíos que nos competen a todos y que trascienden a los gobernantes de turno. Este proceso—que no requiere de grandes tecnócratas ni de una verborrea hipnotizante—está al alcance de cada uno. Solo así empezaremos a poner las cimientos para construir la sociedad a la que debemos aspirar, en donde una cultura democrática sea el valor que rija nuestro futuro y para que el “bum” no se convierta en “pum”.

0 comentarios:

 

Estamos en confianza

Think LaRed Copyright © 2009