lunes, 9 de marzo de 2009

Desafío 18: Punto de vista Europeo: hay oportunidades para el Perú de innovar en materia de política económica social en este contexto de crisis.


por Diego Daccarett Pinzas, MBA New York University Stern School of Business,
HEC Paris
Puede que no tardemos tanto en tocar fondo en esta crisis financiera y económica mundial. Sin embargo, los efectos nefastos de esta crisis pueden durar décadas. Para un país como el nuestro, el riesgo mayor de esta coyuntura es el retorno del populismo en su peor faceta, retrocediendo lo que hemos ganado en los últimos años. Una política económica y social eficaz es esencial en época de crisis afin de estabilizar el país.

A la par de lo que sucede en los Estados Unidos, Europa también nos puede aportar pistas de acción para prevenir la regresión económica y su impacto social (pese al hecho evidente de que en muchos países europeos, Italia y Francia en particular, muchas reformas urgentes en materia de política económica tardan).

Para capear el temporal, en el corto plazo, un buen manejo de la política monetaria y fiscal es clave. Pero el alto costo social que puede tener una recesión entre los ciudadanos peruanos, nos puede debilitar económica, política y psicológicamente en el largo plazo.

Aquí en Europa los sistemas de protección social instalados tienen cierta eficacia al garantizar mínimos y a veces no tan mínimos de subsistencia. Estos dispositivos, junto al acceso a la educación generalizado y una política de infraestructura organizada, permiten un nivel de desarrollo humano digno a una gran mayoría de los ciudadanos de estos países.

Estos dispositivos nacen de la convicción enraizada en Europa de que el mercado y el sector privado deben complementarse de una acción pública en lo que concierne áreas en las que el mercado solo, no parece ser eficaz: infraestructuras, educación de base, salud y ayudas a sus ciudadanos más vulnerables.

Una ventaja de estos dispositivos, que por cierto quitan flexibilidad en tiempos de crecimiento económico, es que sirven de amortiguadores en tiempos de crisis. Con tantos elementos pro-cíclicos en el sistema económico global, y frente a una cierta fragilidad de una economía súper conectada y por ende súper sensible a los choques, los dispositivos anti-cíclicos son una cosa interesante en materia de política económica, sobretodo para un país pequeño como el nuestro.

En el caso del Perú, que está en una situación diametralmente opuesta a Europa en términos de estado de bienestar, la puesta en marcha de nuevos programas de ayuda social que refuercen el acceso a servicios de salud y educación, así como ayudas puntuales, pueden no sólo crear empleo sino aliviar el impacto de una depresión. Esto a un costo razonable si son bien manejadas.

Veo en la coyuntura actual una oportunidad para plantearse el modelo de sociedad en el que queremos vivir, y más concretamente, reforzar los servicios de base que el estado promueve y ayuda a proveer. En el corto plazo estos proyectos servirán de amortiguador a la crisis, en el mediano nos salvarán de un voto nefasto y la violencia civil, en el largo reforzaran el capital humano de nuestros compatriotas siendo esta la base de un crecimiento económico sostenible.

Cuidado. Esto no es un panfleto anti-mercado, ni un llamado poco realista para convertir el Perú en una Suiza. Tanto el mercado como un Estado eficiente son factores de desarrollo. Una base de bienestar social es indispensable, sobre la cual debe ser construido nuestro país. Hay momentos propicios para invertir en las personas, y las crisis son una buena oportunidad para ello.

0 comentarios:

 

Estamos en confianza

Think LaRed Copyright © 2009