Desafío 19: Ponerse en perspectiva

Por Sebastián Ugarte, PhD(c) en Economía, Université de Paris I
Consultor del BID, Washington D.C.
EEUU

¿Qué será del Perú en el 2021? Comenzaría por preguntarme: ¿por qué no en 2014 o 2025? Mariana (ver Desafío N°4) aceptando las reglas de juego y la fecha simbólica que invitaba a reflexión, se refiere a los vaivenes de la vida republicana en los últimos 188 años. Haciendo un poco de prospectiva yo me preguntaría más bien acerca de la pertinencia del lapso de 12 años que nos quedaría para alcanzar algún futuro promisorio el día del bicentenario…

Pero así tomemos un lapso de 15 o 20 años, creo que en el fondo, la pregunta sobre el futuro comienza (y tal vez termina) siempre por la pregunta sobre uno mismo. Así como todo juicio sobre el pasado es antes que nada biográfico. Como me dijo un sabio taxista canoso un día: “sí pues, caballero, eso de que todo tiempo pasado fue mejor, es más bien, porque en el pasado éramos todos jóvenes”.

En marzo del 2021 estaremos en el momento más encarnizado de la tercera contienda electoral de estos futuros 12 años. Para entonces los que tenemos 30 o más habremos dejado ya de ser jóvenes. ¿Desde dónde andaremos batallando nuestras batallas? ¿Habremos tomado o formado partido? ¿Estaremos en la arena política pensando que el acceso al poder político es el que abre las puertas a las grandes transformaciones?, ¿desde el terreno académico convencidos de que son las ideas las que a la larga cambiarán el mundo?, ¿desde la administración pública persuadidos que es en el día a día que se hacen realidad los cambios? Y de manera más general, e independientemente de lo que haya motivado nuestros actos, ¿habremos obrado en el sentido de construir algo así como un “proyecto político”?

Creo que con el fin de inmunizar de toda “ideología” nuestra discusión sobre el futuro común al que cada uno aspiraba hemos partido de la cómoda ilusión de poder separar lo científico y lo técnico de los vaivenes de las pasiones y de los intereses (que pueden, claro está, incluir las sanas pasiones y el desinteresado interés por el prójimo).

Creo que no tiene nada de malo aceptar que es primero de política de lo que estamos hablando en este blog, cuando a política le damos su sentido noble de espacio de discusión entre ciudadanos -entiéndase, aquellos que están dispuestos a sacrificar algo por su país- en el que confrontamos nuestras visiones del “deber ser” y en el que, a partir de nuestras expertises individuales, exponemos lo que pensamos son las mejores vías para acercarnos a él.

Alguien dirá que no he respondido a la pregunta. Es cierto. Simplemente he planteado en otros términos el desafío: ¿Estamos personalmente dispuestos a sacrificar algo en estos doce años que se vienen para poder sacar adelante un proyecto político para que el Perú en el 2021 se parezca a lo que creemos que debería ser?