¿Qué significa ser peruano?

Javier Ferrero
LL.M. American University Washington College of Law (2004),
International Attorney, White & Case LLP

Quizás este sea el momento más adecuado en mi vida personal y profesional para tratar de responder esta pregunta que muchos peruanos se deberían hacer y que probablemente yo nunca me la hubiera hecho si no hubiera tenido la oportunidad de vivir en el exterior. A veces es necesario estar afuera de algo para poder verlo por dentro. Suena lógico lo que digo pero a veces lo mas lógico es lo que dejamos de hacer.

El haber vivido en los Estados Unidos por varios años, me ha permitido reflexionar y entender con mayor claridad qué significa para mí ser peruano. Al haber tenido la suerte de ser hijo de un ex embajador del Perú en los Estados Unidos, pude conocer personas importantes del ámbito político, profesional y académico, tales como congresistas americanos y extranjeros, abogados, profesores y jueces. Asimismo, pude tener muchas conversaciones con diplomáticos de carrera de diversas partes del mundo. Una de las cosas que más me alegró al hablar con esta gente prestigiosa fue la admiración que tenían por el Perú. Una admiración por nuestras raíces, nuestra envidiable historia, nuestra incomparable riqueza culinaria, así como nuestra gran riqueza natural. Recién ahí, cuando tenia tanto por contar y el entusiasmo que sentía al tener tanto que decir sobre mi país, pude realmente darme cuenta de lo orgulloso que me siento de ser peruano, un país realmente mendigo sentado en un banco de oro.

Un país con un Macchu Picchu, un Chan Chan, un Kuelap, unas Líneas de Nazca, como ejemplo de nuestra inmensa riqueza arqueológica producto de nuestro gran pasado pre Inca e Inca. Un país con un Cañón del Colca, un Lago Titicaca, un Manu, así como una amazonía envidiable. Un país con una impresionante cordillera de los Andes que cruza todo nuestro territorio dividido en tres marcadas y muy distintas regiones geográficas.

Pero mas allá de todas estas riquezas que poseemos como peruanos, también están las cosas cotidianas que ahora valoro y aprecio. El hecho de tener un océano pacifico al frente de mis ojos al caminar por el malecón de Miraflores, al manejar por nuestra querida Costa Verde (la cual todos esperamos que algún día sea realmente verde), nuestros hermosos balnearios en el norte y sur del país, y la facilidad de estar en distintas geografías en un corto lapso de tiempo, es algo que realmente siempre he extrañado estando afuera.

Sin embargo, todo esto también trae una obligación como peruanos. El defender y proteger nuestra identidad y el dejar de lado las diferencias. Todos somos parte de un país multicultural, donde fuimos colonia española y parte de un Virreinato. Esto generó una gran mezcla de razas y costumbres que hace al Perú, hoy en día, una nación con una población totalmente diversa. Un territorio donde conviven chinos, japoneses, negros, blancos, mestizos, indígenas, árabes, o gente de marcada descendencia europea. Lo cual se ve directamente reflejado en nuestra comida, música, pintura, danza y literatura. Sin embargo, aun no entendemos que el hecho de tener un distinto color de piel y origen étnico, no nos hace ni más ni menos, sino que nos hace simplemente peruanos.

En consecuencia, el deber de todos nosotros es aceptar esta realidad y no querer ignorarla. El día que la aceptemos y veamos que uno no es más que el otro y que todos somos parte de un todo, realmente podremos entender nuestro maravilloso origen y forjar nuestro destino como nación. Esto, creo yo, es la principal respuesta a mi pregunta al comenzar a escribir estas palabras. El ser peruano significa para mí un deber de cambiar la carencia de identidad que tenemos como país. Es nuestra ardua tarea el fomentar entre nosotros una igualdad dentro de semejante diversidad étnica y cultural, y un solo camino que nos lleve a gritar firmemente: ¡esto vale un Perú!